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Dinero

La dualidad del negocio de las 'mulas' cubanas y su futuro

¿Aumentarán los envíos de dólares desde EEUU, pese a que en Cuba hay cada vez menos familias receptoras?

Miami
Cubanos recién llegados al Aeropuerto José Martí, La Habana.
Cubanos recién llegados al Aeropuerto José Martí, La Habana. AFP

Los dólares que vía remesas, paquetes, viajes turísticos o "mulas", la diáspora hace llegar a Cuba, además de constituir la segunda fuente de divisas del país posibilitan que hoy los cubanos se puedan vestir, calzar, asear, recibir medicamentos clave y proveerse de teléfonos, computadoras y de todo lo que el Estado comunista es incapaz de producir, o importar.

Aportadas en un 92% desde EEUU, con esas divisas se financia una sui generis triangulación comercial. Es singular porque es dual: beneficia a las desesperadas familias cubanas, pero también al castrismo, al extraerle presión al explosivo nivel de rechazo popular a la dictadura por el hambre y la insoportable escasez de absolutamente todo.

No es por generosidad que el Gobierno del "presidente" Miguel Díaz-Canel facilita esa triangulación comercial, sobre todo con el no cobro de aranceles aduaneros a la "importación de artículos con carácter no comercial de personas naturales" (léase "mulas" y sus similares).

Este tipo de comercio informal, que no paga impuestos y al final es contrabando, en buena medida depende de la emigración cubana, que es la que mayormente pone la plata. Y paradójicamente cobra mayor importancia cuando unos 600.000 cubanos han emigrado en los últimos cinco años y se ha reducido el monto de remesas a Cuba. En 2018 ascendieron a 3.691 millones de dólares, y en 2023 la cifra cayó a 1.972 millones de dólares, según Havana Consulting Group.

Menos personas a enviarles dólares, y prioridad para que emigren

Hoy no solo hay en Cuba menos personas a las que enviar remesas, sino que los emigrados prefieren costear la salida de sus familiares del infierno comunista, y no enviarles cash, que al final termina en las arcas de GAESA.

No obstante, esta especie de hibridación de comercio mayorista y minorista se afinca básicamente en los dólares que ganan con su trabajo y el esfuerzo en sus negocios los antiguos "gusanos" y "traidores" cubanos que residen allende los mares. Si bien no son los únicos financistas de las "mulas", sí son los mayoritarios, aunque a primera vista no lo parezca.

La triangulación se inicia en Cuba, llega al país proveedor, y rebota hacia Cuba. Una avalancha de compradores cubanos viaja a Venezuela, Haití, Panamá, Guyana, Nicaragua, México, Ecuador, Belice, Perú, Surinam, Colombia, Rusia, incluso a EEUU, y otros países. Por cierto, cubanos que residen en Surinam e inversionistas chinos abrieron en 2018 un centro comercial especialmente para compradores de la Isla.

Son miles de "mulas" y dueños de pequeños negocios privados, MIPYMES enchufadas al régimen, o no, y también ciertos mafiosos de GAESA, el monopolio propietario del comercio minorista en dólares.

En la isla Margarita, en Venezuela, eso ha enriquecido a comerciantes venezolanos y beneficiado a la narcodictadura chavista. Algo parecido ha sucedido con el enorme Mercado Oriental de Managua, Nicaragua, con más de 20.000 tiendas, que conocí en vivo en 1988 y en el que a precios bajísimos se puede conseguir lo mismo unos jeans que cepillos de dientes, llantas de automóvil o ataúdes. Casi todo de contrabando.

Últimamente era Haití el destino preferido de los furtivos comerciantes cubanos, pero con el caos social y luego la sangrienta guerra civil que en el primer trimestre de 2023 causó 2.500 muertos, las "mulas" cambiaron el rumbo, sobre todo hacia la zona del Istmo.

Más de 15.000 "mulas" beneficiaron negocios panameños en 2023  

En 2023 los cubanos fueron los que más compraron en la Zona Libre de Colón (ZLC) de Panamá, en la costa caribeña, según reveló el canal panameño TVN Noticias, que enfatizó: "Los ciudadanos de nacionalidad cubana son los que en este momento están dinamizando más la economía dentro del mayor mercado de ese tipo del continente".

Un total de 15.042 cubanos compraron en la ZLC en 2023, y en el primer trimestre de 2024 la visitaron otros 4.172 compradores isleños, cifra muy superior a los 2.931 visitantes que en ese período viajaron desde Ecuador, y los 1.572 compradores costarricenses. Un cubano entrevistado dijo: "Este país (Panamá) tiene mucha más calidad y más variedad de cosas, entonces preferimos venir aquí y no a Haití".

Otro canal de TV panameño explicó que los cubanos van a la ZLC a "comprar enseres, artículos de higiene personal, ropa y artículos de ferretería, principalmente aquellos que tienen que ver con la falta de energía eléctrica que hay en Cuba".

Además de la escasez, otras dos razones explican esta modalidad de comercio furtivo: en la economía cubana no hay mercados mayoristas propiamente, y a los cubanos se les prohíbe por ley invertir capital en su propio país. Los cubanos no pueden hacer crecer en grande sus negocios, y quien lo intenta va a la cárcel por "enriquecimiento ilícito".

Extraña ironía, el mismo Partido Comunista del genocida Mao Tse Tung convirtió a China en la segunda mayor economía mundial al compás de la consigna "Enriquecerse es glorioso". Hoy es China el país con más bimillonarios (más de 1.000 millones de dólares), con 969 magnates clasificados como tales, muy por encima de EEUU, que tiene 691 bimillonarios, según un estudio de Hurun Global Rich List.  

Por esas anticubanas prohibiciones es que en 2017 los dueños de negocios sacaron de Cuba 2.390 millones de dólares, según Havana Consulting Group. De ese total 1.008 millones se invirtieron en la compra de mercancías, y 366 millones en bienes raíces y otros negocios. Desde entonces no hay cifras actualizadas disponibles. Raúl "el Cruel" prefiere descapitalizar más a la ya descapitalizada economía cubana antes que esa fortuna que se fuga beneficie a Cuba y su pueblo.

Hay menos dólares y se necesitan más: ¿los pondrá la diáspora?

Las "mulas" y similares compran a precios bajos, o moderados, regresan a Cuba y venden caro. Nada hay en ello de nuevo ni delictivo. Eso está en el ADN del comercio desde sus albores, hace 2.650 años, cuando surgieron las primeras monedas en Lidia (hoy territorio de Turquía) y el trueque pasó a la historia.

Lo que sí es nuevo, y afecta a la diáspora, es que al regresar a Cuba esos compradores, sobre todos los comerciantes privados, necesitan que haya personas con divisas a quienes venderles. No pueden aceptar pesos cubanos porque deben recuperar las divisas que gastaron, y obtener la ganancia que justifique su "negocio".

Muchas "mulas" no tienen que vender los artículos comprados, sino solo entregarlos a quienes les dieron la divisas para comprarlos. Pero sí necesitan vender en divisas los dueños de pequeñas tiendas y otros negocios privados que salen de Cuba a abastecerse de mercancías, y las "mulas" que, además de encargos precisos, llevan también sus propios dólares cuando salen al extranjero.  

Si aceptaran pesos, deberían comprar dólares en el mercado monetario informal, pues el Estado no tiene para venderlos a la tasa oficial, y ya el billete verde se cotiza a 400 pesos cada uno. Tendrían que vender en pesos cubanos cada vez más devaluados a precios inalcanzables, o perderían dinero. 
Entonces, ¿de dónde han de salir esos dólares adicionales necesarios? Los cubanos los reciben de sus familiares emigrados o tienen que robar al Estado, a agricultores y ganaderos, o "inventar" para obtener muchísimos pesos y comprar dólares en la calle cada día más caros.

Otro detalle. Al fugarse de Cuba hacia el extranjero, cientos o miles de millones de dólares para ese comercio triangular, o para invertir capital privado en otras naciones, se reduce la masa circulante de divisas en la calle. Eso presiona a la emigración cubana a enviar más dinero. Y ahí está el detalle, está ocurriendo lo contrario, a Cuba hoy llega menos cash en remesas.

¿Aumentarán entonces los envíos de dólares desde EEUU, pese a que hay cada vez menos familias receptoras? ¿Volverá la diáspora a enviar cash en vez de priorizar la salida del país?

A priori vemos aquí una ecuación de relación inversamente proporcional. A mayor empeoramiento de la crisis nacional y más escasez de divisas, menos pujanza ha de tener el comercio triangular de "mulas" y sus similares. De sus consecuencias hay mucho que opinar o suponer, pero es tema para otro artículo.

Por ahora, de este comercio que expresa el carácter fallido del Estado castrista, la conclusión es cuatripartita: 

  1. Los cubanos "dolarizados" pueden aliviar la escasez que los agobia.
  2. La dictadura también gana.
  3. Se benefician economías de otros países más que la de Cuba.

Y la cuarta es la más interesante: "mulas" y dueños de pequeños negocios de hecho constituyen un buen embrión para el despegue en grande de la economía de mercado que necesariamente habrá en Cuba. 

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1 comentario

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Naturalmente el comercio y el mercado de producciones locales de todos los tipos tanto de productos agrícolas como industriales es algo que no existe en Cuba, y que nunca se desarrolló plenamente antes de la época del materialismo Histórico, o sea antes del desastre castrista, y eso es algo que habrá que crear en el post Castrismo, ese comercio que existe en todas las islas inglesas y no inglesas del Caribe proviene del Reino Unido se denomina en idioma inglés
" costermonger" y se puede traducir al español como el carretillero que vende frutas y vegetales y el buhonero (peddler) que vende quincalleria, de uso doméstico, desde agujas hasta un lápiz, el cuchillero, que fábrica y vende cuchillos, y puede llegar a la fabricación local de las pequeñas herramientas agrícolas
de uso local, calzado etc. Pero el Castrismo acabó, con todo ahora este comercio permitido a regañadientes hace las veces del comercio local minorista. Sólo volverá a aparecer en tiempos A.C. (After Castrofascismo) .